El proceso comienza con los docentes, quienes reciben un material que les permite planear las sesiones, ser creativos y compartir con los estudiantes, creando vínculos mucho más asertivos, lo que brinda un ambiente de aprendizaje más seguro y productivo. «Es muy bonito porque es un trabajo que los cuestiona (a los estudiantes), en cómo se relacionan con los demás y en cómo se relacionan con los desafíos que quieren alcanzar». 

Estos escenarios favorecen el crecimiento emocional de los estudiantes que han recorrido un camino lleno de desafíos y adversidades, pero su determinación y la oportunidad que les ha brindado desde nuestro programa ESCALA, los han transformado en estudiantes valientes, con esperanzas de construir un futuro y con la visión de que, cuando hayan logrado sus títulos de bachilleres o de profesionales, puedan devolverle a la comunidad algo de lo que han recibido.

El camino que ha recorrido Jennifer le ha permitido comprender su rol y entender el proceso de transformación positiva que ha tenido. Ella misma lo explica: «Antes de esta experiencia, era una persona muy conflictiva, la verdad no me gustaba ni que me llevaran la contraria. Entonces, gracias a ‘Paso a Paso’, he podido manejar mucho mejor mis emociones y he mejorado mi conexión con los profesores.» 

Ahora, cada tarde al salir de su institución, Jennifer vuelve a detenerse frente al espejo. Con una sonrisa, se mira a los ojos y se sorprende al ver cómo su reflejo se va pareciendo cada vez más a la imagen que su mente crea de su “YO” del futuro.